miércoles, diciembre 03, 2008

Problemas fundamentales del universo. Análisis filosófico del conocimiento, dios, el alma, el universo, la nada y la libertad, 08

EL NO SER
 Análisis filosófico de la idea de Dios
(Segunda y última parte)
Por: Sagandhimeo

FINALIDAD

Este argumento postula: De la finalidad que advertimos en la naturaleza, un ser inteligente que dirige el mundo hacia un fin: Dios. Tal argumento da por hecho que el mundo posee una finalidad intrínseca, y si bien como seres humanos tendemos a actuar mediante fines, los fenómenos naturales no proceden necesariamente de tal forma. Por ejemplo: se podría pensar que la finalidad de la lluvia es proveer de agua a las plantas, lo cual suena razonable, pero si consideramos que en nuestro planeta llovió en un periodo de más de mil millones de años antes de que los seres vivos existieran, dicha finalidad pierde sentido; y más aún cuando nos enteramos que la precipitación de líquidos ocurre en otros planetas en los que no existe la vida. Por tanto, no podemos postular una finalidad necesaria en la naturaleza, por lo que resulta innecesario un ser inteligente que dirija al mundo. Y en todo caso la supuesta finalidad de la naturaleza sólo demostraría un ente “organizador”, pero de ningún modo sustentador o perfecto. Cabe mencionar que Kant trató de fundamentar la existencia de Dios por medio de la razón práctica, pero tomó su base de una supuesta finalidad en la naturaleza, por lo que quedó implícitamente refutado en este parágrafo.

PERFECCIÓN

A este argumento se le suele llamar el argumento ontológico, que fue formulado por San Anselmo y retomado por Santo Tomás, Descartes y Spinoza:

La existencia es necesaria para que haya una completa perfección. Y puesto que Dios es absolutamente perfecto, debe existir, si no es así, carecería de la perfección completa. Este argumento lo refuta Hospers de la siguiente forma: “si el argumento ontológico fuese válido, podríamos demostrar la existencia de una isla perfecta de la siguiente manera. Yo imagino una isla perfecta, podemos argüir, usted ve que es realmente perfecta, pero no lo sería si no existiera. Si no existiera sería menos perfecta que si existiera; la existencia como ve usted es una condición necesaria para la perfección. Por tanto, esta isla perfecta debe existir. Lo mismo podríamos demostrar la existencia de un automóvil perfecto, de una hoja de afeitar perfecta, de un sistema de impuestos perfecto, etc.”

Otra versión de tal argumento es el siguiente: Existen cosas más bellas y más buenas que otras, es decir, unas con más cualidades y otras con más defectos, pero debe haber algo infinitamente perfecto que proporcione las cualidades a las cosas: Dios. Esta postura es refutable de esta forma: tenemos la capacidad de analizar nuestro entorno y juzgarlo, además poseemos una habilidad para aplicar categorías a los objetos, es decir, evaluamos que algo es bello o bueno o grande o alto en la medida que conocemos objetos que no tienen dicha cualidad, en otras palabras, si todo fuera igualmente bello o bueno o justo, no podríamos compararlo con nada y no sabríamos si posee dichas cualidades; inclusive no podemos determinar que el universo es perfecto, pues no poseemos otro universo para compararlo y si lo comparamos con un defecto dentro del universo ya sería en sí mismo imperfecto, por lo mismo no puede existir nada perfecto en sí mismo, es sólo nuestra tendencia a idealizar los atributos.

En una tercera vía, retomando el concepto que dimos en el apartado de la definición, la perfección consiste en poseer todas las cualidades y ningún defecto. Ahora bien, si es Dios mismo el que determina tales cualidades es algo que no podemos saber, por lo que correríamos el riesgo de creer en algo que no fuera perfecto, y si nosotros somos los que determinamos dichas cualidades, necesitaríamos un criterio perfecto para determinar la idea de perfección, lo cual nos mete en una petición de principio, por lo cual es imposible saber si algo es perfecto y cómo es lo perfecto.

Retomando la definición que otorgamos a Dios al inicio de este escrito, el sustento puede entenderse como causa y necesidad (pues vimos que la finalidad no implica sustentación), y la definición de perfección se consideró explícitamente. Todo lo cual ya ha quedado refutado, pues el politeísmo y el monoteísmo resultaron absurdos en sí mismos y el deísmo trató de fundamentarse en la necesidad, la cual al ser refutada descendió a la mera contingencia y como Dios no puede ser contingente porque sería un ente como cualquier otro, también quedó impugnado. Por lo que el concepto de Dios es absurdo y contingente.

PANTEÍSMO

Acabamos de ver que no es posible fundamentar la existencia de Dios por medio de la razón, por tanto, sólo nos queda formular la existencia de Dios como la naturaleza misma, y es así como surge el panteísmo: la postura que propone que Dios no es más que la suma de cuanto existe o el orden de cuanto existe, es decir, que Dios es inmanente a la naturaleza y no es trascendente a ella. El panteísmo puede entenderse de dos formas: si se postula que la naturaleza (Dios) constituye la suma de cuanto existe, se cae en el error de atribuir a Dios la característica de la extensión (espacio físico) y como ya dijimos que Dios posee todas las cualidades al infinito: toda la materia existente tendría que ser parte de él. Dicha postura comete el error de tomar la extensión como una cualidad, siendo que sólo es una característica y no necesariamente un elemento perfectible, es decir, lo más grande (en términos físicos) no es necesariamente lo mejor, por lo que Dios puede ser perfecto sin disfrutar de un cuerpo físico (o de todos ellos). La segunda postura consiste en entender por naturaleza (Dios) el orden de lo existente, lo que hacemos al llamarle Dios a la naturaleza es aplicarle un nombre innecesario que no la representa, pues si ya poseemos un concepto suficientemente claro como es la naturaleza para nombrar el orden de las cosas, insertar el nombre de Dios como sinónimo es innecesario e injustificado (así como también lo es llamar Dios al universo como se pretendía unas líneas arriba). Por ejemplo: en la actualidad es inusual utilizar una carroza para transportarse, ahora se usa el automóvil, quien se empeñe en llamar carroza al automóvil no sólo estará llamando incorrectamente al automóvil, sino que causará confusión a quien lo oiga, por lo que debemos procurar llamar a las cosas por su nombre.

AGNOSTICISMO

Hasta aquí parece ser que el concepto de Dios ha sido totalmente refutado, pero aún queda una postura: “yo no niego que hasta el momento haya impugnado todas las pruebas con las que se ha encontrado, y que el concepto de Dios no tenga congruencia lógica mediante su análisis, pero siempre habrá nuevas pruebas de su existencia, por lo que yo prefiero no negar ni afirmar tal existencia, sino postular que no poseemos la capacidad de validar o invalidar la existencia de Dios, de modo que me mantengo indiferente”. Tal argumentación es refutable de la siguiente forma: para poder tomar en serio un argumento, primeramente se necesita analizar su posibilidad existencial. Todo es empíricamente posible en tanto haya probabilidades de que exista en la experiencia, por ejemplo, los unicornios no existen en la realidad, pero cabe la posibilidad de que un grupo de caballos se aíslen durante miles de años y desarrollen un cuerno como producto de cierta adaptación al medio. Por otra parte, dentro del ámbito lógico todo es posible en tanto sea pensable, aun cuando jamás pueda existir, por ejemplo: un unicornio es lógicamente posible, en tanto pueda imaginarse, aunque llegara a ser empíricamente imposible; de la misma forma si Dios fuera empíricamente posible la postura del agnóstico sería razonable, pero hemos demostrado que Dios ni siquiera es lógicamente posible, es decir, con el unicornio basta con imaginar un caballo con un cuerno en la cabeza, pero con Dios esto es inadmisible, pues a lo largo de este escrito se ha demostrado que no es viable encontrar congruencia lógica en el concepto de dios, por lo que es inimaginable. Por tanto, uno no se puede mantener al margen de la existencia de algo que carece de sentido, de la misma forma que no se pone en duda la inexistencia de un círculo cuadrado, dentro de la geometría euclidiana.

EN RELACIÓN CON LA HISTORIA

El orden que se llevó a cabo en esta obra obedece a dos razones: que permitió refutar la existencia de dios secuencialmente y que dicho orden coincide en cierta proporción con la evolución histórica del pensamiento humano. Con esto me refiero a que el politeísmo predominó en la prehistoria y en la edad antigua, el monoteísmo en la edad media, el deísmo imperó en los círculos intelectuales en la Francia y en la Inglaterra del siglo XVIII con Toland, Tindal, Voltaire, Rousseau y algunos otros; el panteísmo prevaleció en Alemania, a inicios del siglo XIX con el idealismo alemán y particularmente con Goethe, Fitche, Schelling y Hegel; el agnosticismo fue promovido por Henry Huxley a mediados del siglo XIX, y el ateísmo tuvo su cumbre ideológica con Feuerbach, Marx y Engels en Alemania a finales del mismo siglo.

CONCLUSIÓN

En resumen, lo que se logró postular en esta obra es lo siguiente:

*Dios no existe, pues no hay nada en la existencia real que pueda corresponder con tal idea, debido a que el concepto de Dios es absurdo o contingente.

*Si existiera, no podríamos conocerlo, dado que es inimaginable e innecesario.

*Si lo conociéramos, no podría influir en nuestras vidas, en tanto que su supuesta perfección no permite la interacción personalizada.

Sin embargo, no podemos concluir que no existen seres superiores a los seres humanos, pues el universo es demasiado complejo para afirmar esto, pero sí podemos afirmar que cualquier ente superior que exista no puede ser identificado con la deidad, en tanto que la idea de Dios no disfruta de congruencia lógica.

 

BIBLIOGRAFÍA

Introducción al Análisis Filosófico, por John Hospers

Crítica de la Razón Práctica, por Immanuel Kant

Ética, por Baruch de Spinoza

Suma Teológica, por Santo Tomás de Aquino


4 comentarios:

Anónimo dijo...

HOla,
Muy interesante tu texto. Me pareció muy atinada tu refutación al agnosticismo, contundente, jejeje.
Saludos.
Lorena.

Anónimo dijo...

hola, gracias por el comentario, me parece importante criticar las posturas aparentemente imparciales.

saludos.

Anónimo dijo...

Hola,

Haría falta una discusión también con las posturas apateístas e ignostiscistas que, creo, son otras sofisticadas formas de salirse por la tangente.
Saludos.
Lorena

sagandhimeo dijo...

órale, no las conocía, ya las investigué, está interesante.