lunes, octubre 05, 2009

Reyertas 58: Futuro a oscuras

El problema de las campañas electorales simplemente es la ignorancia de los candidatos en el uso de las preposiciones en el idioma español, esto se comprueba cuando se contraponen los slogans electorales con las realidades de gobierno. En 2006 al señor Felipe Calderón se le ocurrió promoverse como “el presidente del empleo” sin percatarse de que las preposiciones de y contra denotan cosas completamente opuestas. Mientras que el primero suele usarse para expresar la existencia de un vínculo entre dos elementos, el segundo expresa la total oposición entre partes. La realidad en los últimos tres años no deja lugar a dudas: Calderón es el “presidente contra el empleo”. Muestras del odio enfermizo que Felipillo I el espurio le tiene a la clase obrera hay por montones.

Al ensayar un breve recuento de los principales ataques lanzados contra los trabajadores durante el presente sexenio, el primer evento con que nos toparemos será una herencia foxista, el intento por desaparecer al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM). Desde febrero de 2006 hasta octubre de 2009 las acciones del gobierno federal se han encaminado a la desactivación del sindicalismo que no estuviese completamente en la línea de profundización del neoliberalismo. Como he señalado anteriormente, Napito, el impresentable monarca que heredó la dirigencia sindical, cometió el imperdonable error de oponerse a la reforma neoliberal a la legislación laboral, mejor conocida como ley Abascal. Aunque Napito es un personaje oscuro como dirigente sindical y tampoco es distinto a otros charros del sindicalismo nacional, pero como (a diferencia de las supersticiones del neozapatismo) el problema no se reduce a los individuos sino que trasciende por las repercusiones que ha tenido (y seguirá teniendo) es un antecedente adverso para disidencias obreras más sólidas que la del SNTMMSRM. La segunda de las grandes acciones contra los trabajadores lanzada por el gobierno calderonista fue, en marzo de 2007, la imposición de la reforma al régimen de pensiones de los trabajadores al servicio del Estado mediante las modificaciones a la ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que individualiza sus cuentas de ahorro, además de precarizar las condiciones para realizar dicho ahorro. En tercer lugar habría que apuntar las modificaciones que el gobierno federal le hizo al régimen de pensiones y jubilaciones de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con la complicidad del secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), el señor Víctor Fuentes del Villar. Según la síntesis de prensa del día 19 de agosto de 2008 (que puede consultarse en los archivos de prensa de la CFE), el contrato que se firmó un día antes (el 18) entre el director de la empresa, el ing. Alfredo Elías Ayub, y el secretario general del SUTERM, el susodicho Víctor Fuentes, incluye tres puntos que apuñalan a los electricistas: 1) creación de cuentas individuales de jubilación, 2) incremento en cinco años de la edad para la jubilación, y 3) la CFE y el SUTERM decidirían en qué se invertirían esos fondos, algo que está en completa sintonía con la propuesta actual de Calderón para bursatilizar las cuentas de los trabajadores, sin tomar realmente en cuenta la voluntad de éstos.

En cuarto lugar podemos ubicar dos iniciativas que se han ido intentando promocionar e introducir en el ánimo social: la reforma a la Ley Federal del Trabajo (cuyo primer intento de promoción abordé ampliamente en este espacio en varios artíuculo publicado entre febrero y junio del presente año) y la reforma que Calderón pretende para que se bursatilicen los ahorros de los trabajadores.

La quinta gran acción ofensiva contra el proletariado fue la intervención de la Secretaría del Trabajo en los asuntos de la Asociación Sindical de Sobrecargos Aéreos (ASSA), es curioso que la oficina dirigida por Javier Lozano haya reconocido los resultados de una asamblea que fue convocada de forma ilegal, véase la nota de El Economista del 9 de agosto de 2009. Pese a sus debilidades políticas provenientes de una línea reformista, los dos grandes sindicatos de la aviación en México (ASSA y ASPA, Asociación Sindical de Pilotos Aviadores) han estado entre las organizaciones gremiales que han mostrado mayor solidez en su oposición a la política laboral neoliberal.

Ahora, en las últimas semanas hemos presenciado cómo el gobierno de Felipillo I, el católico, está desplegando en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), el más grande opositor a la política anti-obrera del neoliberalismo, la sexta injuria en el presente recuento de agravios. Es cierto que no puede definirse al SME como un sindicato democrático, mucho menos revolucionario o consecuente con la lucha de los trabajadores por alcanzar sus intereses de clase, pero hasta ahora ha sido, junto a sus organizaciones paralelas como el Diálogo Nacional, el instrumento más cercano a la democracia que ha permitido apuntalar la resistencia del proletariado en México.

Ya en el número de agosto del boletín publicado por el Comité Nacional de Estudios de la Energía (CNEE) en la zona metropolitana de la Ciudad de México, anticipó, de manera excelsa, que el golpeteo en contra del SME sería atroz y fundamenta su previsión inscribiéndolo en la política privatizadora que el gobierno de Felipillo I el espurio impulsa en el sector de la energía. La ofensiva que persigue desgastar el prestigio del SME ante la sociedad no es algo novedoso, por años se ha intentado colocar a la clase obrera en contra de los electricistas al remarcar que las condiciones del Contrato Colectivo de Trabajo en Luz y Fuerza contiene prestaciones que están muy por encima de la media nacional. En ese sentido más de uno muerde el anzuelo al reprocharle a los trabajadores electricistas el haber conseguido tales ventajas. El gobierno federal apela a la irracionalidad del subjetivismo que muchos obreros aún conservan debido a la ideología individualista que les embarga, pero es justamente esa porción del proletariado la que no comprende que el asunto de fondo no es permitir el autoritarismo que les quite a los electricistas las conquistas laborales de su contrato, sino que los trabajadores del resto del país luche para mejorar sus condiciones laborales teniendo como parámetro mínimo las condiciones que tiene el SME. Ahora que es cierto que muchos trabajadores al interior del sindicato no se hacen un favor a sí mismos e incluso sabotean a su organización, incluso, poniendo en riesgo su fuente de laboral al reproducir la desmoralización de los obreros mediante la corrupción.

Entre el desprestigio del sindicato y la imagen de ineficiencia que los mismos trabajadores se están haciendo al permitir su desmoralización está el talón de Aquiles que pone en riesgo al sindicato que en la última década ha sido la organización más visible en la lucha antineoliberal. A diferencia de los miembros del propio SME, en el gobierno federal tienen completamente claro este hecho, por ello es que ahora sí parece estar poniendo en práctica una ofensiva mucho mejor planeada para derrotar a los trabajadores, pues no sería una derrota cuyas consecuencias se limitarían nada más a los electricistas, sino que se extendería a toda la clase obrera.

Primero, aprovecha que la estrategia de privatización silenciosa de la industria eléctrica, creada durante el gobierno de Ernesto Zedillo, ya está lo suficientemente madura y le ha quitado capacidad a Luz y Fuerza. Segundo, aprovecha el descontento al interior del sindicato que ha provocado la desastrosa dirección que Martín Esparza y Fernando Amezcua han ejercido desde 2005 para dividir al gremio. Tercero, el gobierno supo respaldar la planilla de un aliado que le permitiría neutralizar al SME, no se olvide que Ramón Mera (candidato a la Secretaría del Exterior), compañero de fórmula de Alejandro Muñoz, estuvo detrás del fallido intento calderonista por sacar al sindicato electricista de las movilizaciones anti-fraude del 2006. Cuarto, justo este 5 de octubre Javier Lozano, secretario del trabajo, rechazó otorgarle la toma de nota a Esparza argumentando irregularidades en la documentación. ¿Por qué el secretrio no fue capaz de ver los errores en la destitución de Lizette Clavel al frente de ASSA o en las impugnaciones que los trabajadores petroleros hicieron de la elección más reciente de Romero Deschamps al frente del sindicato petrolero?

Ahora el SME está metido en una trampa que podría conducirlo a la desaparición de la empresa. La amenaza es que si las movilizaciones se intensifican, el gobierno tendrá el pretexto para requisar o incluso desaparece a Luz y Fuerza. Si el SME cede, perderá toda su fortaleza. Posiblemente la solución más adecuada para los trabajadores sea un acuerdo entre los dirigentes de las dos planillas que se presentaron a la elección sindical y que se elijan a nuevos dirigentes, pero sin que Esperza, Amezcua, mucho menos Muñoz o Mera ocupen alguna cartera importante. Lo anterior con la finalidad de restablecer la unidad al interior del gremio, para encarar la ofensiva decidida que está lanzando el calderonato.

Ni la muerte ni la derrota son opciones: ¡NECESARIO ES VENCER!

6 comentarios:

sagandhimeo dijo...

Precisamente ayer en canal 40 se habló de los trabajadores de Luz y Fuerza como de oportunistas e improductivos, comparàndolos con la efectividad de CFE, siendo que la discusión sobre productividad no puede mezclarse engañosamente con los derechos que los trabajadores han conseguido tan sólo para disfrutar de una vida digna.

Ana Clara dijo...

Sobre este tema del SME, estaba haciendo muchísima falta un análisis informado, sustentado y serio como este. Gracias por el enorme trabajo que sé que ha tomado y por la enorme aportación al debate.

La ofensiva de las clases dominantes (a través del Estado con todas sus secretarías, de los medios de comunicación, las organizaciones empresariales, etc.) viene con toda la fuerza posible. El golpeteo al Sindicalismo, a los empleados de Luz y Fuerza, a la misma paraestatal, no son diferentes perspectivas o intereses: es uno mismo. Se trata de golpear la organización obrera, minar su capacidad de oponerse a la Reforma Laboral, disminuir su capacidad de defenderse de los golpes que siguen inflingiendo para que una vez más, los trabajadores paguen la crisis y con el sudor de sus cuerpos (porque en estos tiempos, afortunado es el que sólo invierte sudor de su frente en ganarse el pan), saquen al capitalismo del bache en que se metió por sus propias contradicciones.

Nos corresponde responder en la misma medida: con toda la fuerza. Porque con todas sus contradicciones y sus defectos que no son pocos, el SME es hoy el dique que contiene el avance de la Reforma Laboral, las privatizaciones y demás medidas neoliberales. Es momento de dedicar nuestras fuerzas a no perder terreno en esta batalla, y comenzar a planear cómo hacer retroceder al adversario.

Una vez más, felicitaciones a este espacio que aporta más de lo que parece a "la batalla de las ideas".

Casandra dijo...

"no sería una derrota cuyas consecuencias se limitarían nada más a los electricistas, sino que se extendería a toda la clase obrera."

Exacto.

He ahí el enorme peligro del cual muchos no parecen estar concientes (incluso dentro del propio SME por lo que he podido saber). Y he ahí un gran porqué de lo que comenta acertadamente Ana Clara.

Saludos.

Casandra dijo...

Dicho y hecho. Ahí está, mientras "¡nos vamos al mundial!", 41 mil trabajadores activos de Luz y Fuerza pierden su empleo. Peor aún, se le golpea a la clase trabajadora con el tremendo golpe de la liquidación de esa empresa.

A informarse, a moverse.

Asaltante rojo dijo...

¡Ups! Se me acumularon un poco los comentarios. Disculpen que no haya respondido antes. De cualquier manera les agradezco Sagandhimeo, Ana Clara y Casandra por sus palabras de aliento para este espacio, por su puesto que no me refiero exclusivamente a las felicitaciones que nos dejan, sino también a la profundización que hacen sobre los temas con las reflexiones comparten en este espacio, eso es algo que alienta mucho el trabajo de este blog.
Sagandhimeo: Esto que refieres de la comparación entre los trabajadores del SME y los del SUTERM (CFE, pues) es prueba de que la ofensiva ideológica que algunos medios de comunicación despligan contra los trabajadores del LFC. Además, también comprueba que es una ofensiva que nada tiene de azarosa y sí mucho de bien planeada. ¿Quién en su sano juicio puede hablar de la probidad del SUTERM? ¿Alguien recuerda que este sindicato opera en los mismos términos que el sindicato petrolero o el de trabajadores de la educación? ¿Alguien recuerda que no hace mucho estaba encabezado por el ínclito, capo charril, Leonardo Rodríguez Alcaíne?
La verdad es que quién pretenda denostar al SME por corrupto, tendría que usar el mismo rasero para juzgar al SUTERM, lo que no podría arrojar otro resultado que ser todavía más duros con la corrupción sindical al interior de la CFE. Claro, que siempre cabe la posibilidad del manejo hipócrita de la información. Pero ningún medio de comunicación es así, ¿o sí?

Asaltante rojo dijo...

Ana Clara: En efecto, se trata de una ofensiva múltiple que el Estado, soliviantado por la burguesía librecambista, tiene muy bien planeada y conoce con precisión que el SME es un elemento clave para la lucha de clases en México. Si acaban con el sindicato de electricistas, tendrán la vía más libre para impulsar sus reformas estructurales.

Por eso, como señalas es importante defender con todas las fuerzas a la organización sindical, al mismo tiempo que se emplea toda la inteligencia del proletariado, todo el ingenio de la clase obrera, para crear mejor organización.

Casandra: Completamente de acuerdo con lo que dices, no hay otra manera de responder a ese sabadazo: a organizarse y a movilizarse. En el entendido que se requiere organización consciente y movilización prudente.

Saludos a todos nuestros comentaristas y a todos nuestros lectores.